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jueves, 17 de julio de 2008

Desatandome

Cuantas monedas tengo que pagar por tus pensamientos… suelo estar lejos de mí, casi sin comprenderme, no me reprocho querer estar bien, si fui yo el que se aparto de mi, yo tome la decisión que quería tomar. No me culpo por solo atender un grito de destruirnos, no lloro por esos sueños que me implore despertar. Pero fue necesario. Despertar fue necesario, pues, ahora, puedo dormir otra vez.