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miércoles, 8 de julio de 2009

Ya no escribo

Igual que una caja vacía se quedo algo en algún lugar de la casa, sin saber donde y cuando las piedras empiezan a llorar... sin saber donde y cuando lo especial deja de serlo para convertirse solo en común y corriente. En ese preciso momento el otoño logro que se seque casi por completo el papel en el que estaba escribiendo, y mil años pasaron de pronto para poder dejarlo al borde de la desintegración, no me animaria a moverlo ni un poco para que cuando llegue el verdadero dueño no reclame la movilidad imprevista de causas. Pero como suelo traicionarme… no importo, decidí no solo moverlo, sino que además lo tire a la basura, auque no sin antes quemar las cenizas en las que ya estaban convertidos solo por ser tocados. Y ahora papel nuevo.